miércoles, 12 de marzo de 2014

A la mayoría de los que vivimos en el mundo de la escritura creativa nos ha ocurrido en muchas ocasiones que antes de sentarnos a escribir, teníamos planeado copiar algo en concreto, pero cuando estábamos frente a la hoja de Word una fuerza extraña nos envió por un camino totalmente diferente al previsto.  O producimos una creación que ante nuestros ojos es muy simple, para darnos cuenta, cuando otros la analizan, que tiene muchas conexiones lógicas complejas. En casi todos los casos admitimos que ese nuevo rumbo o esos nuevos hallazgos son mucho mejor que lo que teníamos en mente. Y no podemos escapar a la sensación de que alguien más listo que nosotros nos condujo por esos nuevos rumbos. Ese personaje invisible que a veces toma posesión de nuestras manos sobre el teclado, se llama subconsciente y es uno de los mejores aliados de la creación literaria, que tenemos que saber despertar a la vida, no por accidente, sino cada vez que lo deseemos,  si es que queremos ser escritores de calidad.

Según algunas teorías el consciente procesa dos mil byte de información por segundo, mientras que el subconsciente unos cuatrocientos mil. La diferencia es aplastante. Por ejemplo, en este momento que estamos sentados junto a la pantalla del computador, el consciente se centra en descifrar las letras y tratar de darles un sentido lógico, mientras el subconsciente procesa la temperatura de la habitación ¿hace más calor o frío de lo habitual?, está pendiente del sonido del grifo de la cocina, del suéter rojo que está en nuestro campo de visión pero que no hemos notado, de controlar la respiración, la atención, el equilibrio, y de un millón de datos que tardaríamos mucho tiempo en escribir.

Imagino que ya estas deseoso de saber cómo poner a trabajar este gran monstruo en tus escritos: pues por ahora te enseñaré tres saludables hábitos, que si los incorporas a tu vida diaria tenderán un puente entre tus dos mentes.

Lo primero que debes hacer, como práctica recurrente, es hacerle preguntas a tus cincos sentidos y tratar de escuchar la respuesta. Ojo, no te estoy pidiendo que te dediques a hablar solo como si estuvieras deschavetado, las preguntas las realizas mentalmente. Puedes usarlas en cualquier situación que se te ocurra.  En el metro, por dar un solo ejemplo, te puedes preguntar a que huele el ambiente, cual es el sonido del motor, que sensación se siente al rosar con otras  personas. Si le colocas suficiente empeño y creatividad,  y te haces estas preguntas con frecuencia tu subconsciente te llevará por un mundo de sonidos, olores, sensaciones y visiones que se verán reflejadas en cualquier cosa que escribas.

Lo segundo que es conveniente realizar es copiar en un diario. En otro post hablaré más afondo de este tema que considero de vital importancia. Por ahora cómprate una buena libreta y empieza a escribir sobre tu entorno cercano. Considera a tu diario como si le estuvieras mandando cartas a una persona que no te conoce y cuéntale como es tu familia, tus amigos, tu perro. Notarás como tu subconsciente empezará a revelarte información sobre ti y sobre tu mundo que siempre ha estado guardada esperando por ti.      

Y lo tercero que debes hacer es lo más importante de todo: Siéntate a escribir. De nada sirve desarrollar tu subconsciente o cualquier otra técnica de la escritura creativa si no la aplicas, por eso…  Escribe… Escribe… Escribe.



Sería un privilegio para mí si dejas tus comentarios y me cuentas como te va con tus creaciones literarias.  

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