viernes, 21 de marzo de 2014

Cuando recién nos embarcamos en el mundo de la escritura creativa, escuchamos que todos los escritores dan el mismo consejo: “Cambia las palabras que dicen por las palabras que muestran”.  Y tienen razón, las palabras que muestran logran que el lector se enganche con nuestro escrito, que es uno de los propósitos de le escritura creativa. Así que siempre que nos presentamos ante la  hoja en blanco, nos devanamos los sesos  intentando llevar a cabo dicho consejo.

El asunto es que nadie nos explica cómo realizar este proceso de la forma correcta. Porque hay una manera incorrecta de  hacerlo, y es la que por regla general casi siempre aplicamos. No sé por qué nadie nos explica que mientras estamos en la fase creativa no debemos preocuparnos por encontrar palabras que muestran. Cuando realizamos nuestro primer borrador las palabras que debemos utilizar son las que dicen, para que la historia que queremos contar fluya con naturalidad.

Por ejemplo, si vamos a narrar la historia de un cazador que está tras un siervo en medio del bosque y,  nos detenemos a mostrar todos los detalles de cómo es el cazador en su físico, en su temperamento, en sus emociones. Y si aparte nos esmeramos en describir la selva que lo rodea, los sonidos, los olores y la atmósfera, lo más probable es que perdamos el hilo de la narración y nos cueste llegar al final.

En resumen, la forma en que se debe abordar el asunto de las palabras que dicen vs palabras que muestran, es que; primero se tienen que utilizar las palabras que dicen para darle mayor agilidad a la creación literaria, y luego en la re-escritura cambiarlas por palabras que muestran.

En el mismo ejemplo, si en principio decimos que el cazador era alegre, meticuloso y paciente (palabras que dicen)-. Después las podemos cambiar por escenas donde se muestre un cazador tarareando una canción de amor con una sonrisa en los labios (alegre). Que se toma el trabajo de revisar una a una las siete trampas, que carga  suficiente municiones de repuesto y que afila el cuchillo siempre antes de salir (meticuloso). Y que, además, se tiende sobre la hierba a esperar su presa,  desde que amanece hasta que el sol está en lo más alto (paciente).

Así pues,  los dos tipos de palabras se tienen que aprender a utilizar para no torpedear ninguna de las fases del proceso de la creación literaria.


Como siempre te agradezco por leerme. Si tienes algo que decir, comenta con toda confianza.  

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