Maestros de Escritura Creativa #5.
En esta entrada el escritor
invitado es una especie de capricho personal.
Aunque hace bastante tiempo dejé
de creer que tenga un libro o autor preferido (existen tantas obras hermosas
que se hace casi imposible escoger), digamos que si unos extraterrestres me
abducen a su planeta natal y me obligan a elegir un solo libro, aparte de la
biblia que imagino que hasta los extraterrestres también leen, escogería Las
Uvas de la Ira de John Steibeck, con el respeto del resto de libros a los que
amo.
Los consejos que nos
encontraremos a continuación están más enfocados en la forma de abordar la
escritura, y no se centran mucho en técnicas específicas. Sólo son seis y algo cortos. Pero no hay que
dejarnos llevar por la extensión, si analizamos cada uno de estos consejos con
mucho detenimiento entenderemos que
tienen implícitas grandes verdades, que debemos de conocer los que día a
día combatimos la hoja en blanco.
Mejor leamos de una buena vez lo
que dice el maestro:
Seis Maneras De Abordar La Escritura.
1.
Abandona la idea de que
terminarás algún día. Pierde la cuenta de las 400 páginas y escribe una página
diaria, eso ayuda. Después, cuando hayas terminado, siempre te sorprenderás.
2.
Escribe libremente y tan rápido
como sea posible, echando todo el papel. No corrijas o reescribas hasta que
hayas escrito todo el libro. Las correcciones hechas durante el principio de la
creación son, por lo general, excusas para no seguir adelante. Además, influyen
en el flujo y el ritmo, que solo pueden ser fruto de una especie de asociación
inconsciente con el tema.
3.
Olvida a tu auditorio general.
Primero, ese auditorio anónimo y sin rostro te atemorizará terriblemente y,
segundo, a diferencia del teatro, ese auditorio no existe. Al escribir, tu
auditorio es un lector único; he descubierto que a veces resulta útil escoger a
una persona: una persona real a la que conoces o una persona imaginaria y
escribir dirigiéndose a ella.
4.
Si una escena o parte te parece
difícil y aun así piensas que la quieres incluir, déjala y continúa. Cuando
termines de escribir la totalidad podrás regresar y quizá encuentres que había
presentado tantas dificultades porque no se encontraba en su lugar.
5.
Desconfía de una escena que te
guste demasiado, más que las otras. Por lo general resulta ser una imposición.
6.
Si escribes diálogos, repítelos
en voz alta a medida que los vayas escribiendo. Sólo entonces obtendrás el
sonido del diálogo.
Que sencillos parecen estos
consejos, pero que tan llenos de vida están.
Definitivamente no tenemos escusas para no sentarnos a escribir, aunque
sea como dice el punto uno, una página por día.
No siendo más te agradezco por
leer esta entrada hasta el final.
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