miércoles, 19 de marzo de 2014

Cuando evocamos a los grandes escritores y pensamos en los objetos materiales que los representaban, vienen a nuestra mente las plumas para escribir, la tinta en hermosos frascos, las en antaño máquinas de escribir, quizá los bolígrafos y por supuesto los libros; montones y montones de hojas escritas.  Pero nunca pensamos en uno de los objetos que mayor valor tienen en la vida de un escritor: La papelera.

Se escapa de mi memoria el escritor que afirmaba que de cada 10 hojas escritas arrojaba 9 a la papelera. De esto podemos sacar tres conclusiones. La primera es que este escritor tenía buena puntería ¿alguna vez has intentado hacer una bola de papel y encestarla en la papelera a 4 metros? No es tan fácil como parece. La segunda conclusión, es que tenía que sacar la basura dos veces a la semana como mínimo. Y la tercera,  es que conocía uno de los secretos de mayor valor en la escritura creativa: corrige sin piedad. 

Nuestros antepasados la tenían más "difícil", al no contar con una computadora sus procesos de corrección consistían en comparar dos versiones o más de una historia, personaje o escena y la versión que se considerara inferior se arrugaba y  se tiraba a la papelera. Aunque era una tarea rigurosa tenía un gran beneficio incluido: el pensar desde otro punto de vista. volver a empezar lo que ya se había escrito potenciaba la imaginación para encontrar nuevos caminos, mejores o peores, pero en definitiva algo con que comparar lo ya escrito. 

Este proceso ha cambiado radicalmente, dejando sus pro y sus contra.  De las ventajas no es necesario hablar, todos las conocemos. La gran desventaja es que se ha dejado a un lado el ejercicio de comparar diferentes puntos de vista de la misma historia.   Realizamos unos cuantos cambios dentro del mismo texto y nos conformamos con lo que resulte. 

Pero si queremos llevar la escritura creativa a otro nivel es necesario volver a la papelera. Sobre este punto, quiero exponer el consejo que aprendí de uno de mis profesores de creación literaria, en uno de los mejores clubes de los asistí. Siempre que leíamos nuestros escritos, y después que los corregíamos basándonos en las críticas y recomendaciones de todos los miembros y, el escrito quedaba medio respetable, sugería que hiciéramos otra versión, cambiando algo trascendental; ya fuera el narrador de la primera a la tercera persona, los eventos que conllevaban al final, los rasgos de la personalidad del protagonista o cualquier cosa que nos permitirá comparar entre dos o más versiones. Las versiones perdedoras, con todo nuestro pesar las teníamos que tirar a la papelera.  

Así que te animo a que cojas tu mejor cuento o uno cualquiera y lo escribas desde cero, sin tomar ningún párrafo de la primera versión, aunque quieras expresar la misma idea. Veras que los resultados te sorprenderán. 

Te invito a que comentes. 

Muchísimas gracias por leer este post. 

0 comentarios:

Publicar un comentario