miércoles, 2 de abril de 2014

La Verdades Sobre Los Sacrificios Que Debe Realizar Un Escritor.


Todo tiene un precio, ser escritor creativo no es la excepción. Los que vienen con el pensamiento que escribir una hora a la semana es suficiente para trascender en esta profesión, terminan abandonando. Quien crea que ser escritor es fácil, es porque no es escritor. Es más, hasta la escritura abordada como hobbies tiene su grado de complejidad.    



Sé que en la era de los cambios veloces hablar de compromisos no es fácil. Ahora nuestra creencia favorita es la de dejar opciones abiertas, el de pertenecer a este gremio sin dejar de hacerle hojitos al del frente. Lástima que en la  escritura sólo hay dos opciones, o eres escritor o simplemente no lo eres. Quizá escribas de vez en cuando, pero eso no te convierte en escritor, en aficionado tal vez, pero eso es otro cuento.

Quizá estoy hablando un poco duro, pero es mejor dejar claro que esta profesión no es para facilistas, ni para buscadores de beneficios de la noche a la mañana. Para seguir en este camino se requiere disciplina, inteligencia, sentido del sacrificio, paciencia, confianza, pasión, y mil condiciones más, sin las cuales no se consigue trascender.  

Por supuesto que se puede combinar la escritura con otra profesión. Pero primero tiene que ir la escritura. Así que no eres un abogado escritor. No. Eres un escritor abogado que es otra cosa.

A continuación presentare algunas pautas que se deben tener en cuenta antes de decidir que la escritura creativa será el centro de nuestra vida.

Dedicar tiempo.

Escribir es una profesión de tiempo completo. Por supuesto que a nuestro ritmo. Puede ser una hora al día o doce. Puede ser que tengamos un trabajo externo a la escritura, o vivamos de ella. Puede ser que escribamos por diversión, por encontrarnos a nosotros, por dejar un legado, o por lo que sea. Pero siempre tenemos que dedicar tiempo, mucho tiempo.

Si por ejemplo, dedicamos una hora al día durante un año, habremos utilizado 365 horas por año, tiempo más que respetable para ser escritor. Menos de 100 horas por año no llega ni siquiera a amateur. A menos de que seamos unos genios. Y si fuéramos genios sería un crimen dedicar sólo 100 horas a la profesión.  
No hay excusas para decir que no tenemos tiempo. En otro artículo explico cómo ganar tiempo para dedicarlo a la  escritura creativa lo puedes encontrar AQUÍ.

Separar la vida personal de la vida de escritor.

Puede sonar contradictorio, si sabemos que es precisamente de la vida real que se alimentan nuestras palabras escritas. No obstante, nada de lo que nos pase tiene porque afectar la costumbre de sentarnos a escribir. Con esto no estoy diciendo que una vez frente a la hoja en blanco nos olvidemos de nuestros sentimientos. A lo que me refiero es que sin importar lo que pase en el exterior que nos produzca felicidad, depresión, esperanzas, furias, anhelos, o cualquier emoción igual tenemos que sentarnos a escribir.
 

Amar la escritura.

Parece obvio. Pero una cosa es amar la lectura y otra muy diferente amar la escritura. Leer implica descubrir mundos, escribir crear esos mundos. Entre descubrir y crear la diferencia es abismal. Aunque para crear primero se debieron haber hecho muchos descubrimientos. El hecho de que amemos la lectura no quiere decir que tengamos que ser escritores.


Dedicación total.

La escritura creativa es muy exigente y demanda que te entregues a ella totalmente. En mente, alma y cuerpo. Mario Vargas llosa decía que a la escritura se ingresa como en religión, dispuesto a darlo todo. Pues eso mismo creo yo, no existe otra forma de encarar esta carrera.


Mi propósito con este artículo no es el de desalentar el anhelo de escritor que todos tenemos, si no el de concientizar que tenemos que pagar un precio por el privilegio de escribir y ser leídos. Y el que esté buscando algo fácil que se dedique a la pesca.     


Y espero que sigas en el camino de la escritura.   

Gracias por leer este post tan cruel.

0 comentarios:

Publicar un comentario