La Verdades Sobre Los Sacrificios Que Debe Realizar Un Escritor.
Todo tiene un precio, ser
escritor creativo no es la excepción. Los que vienen con el pensamiento que
escribir una hora a la semana es suficiente para trascender en esta profesión,
terminan abandonando. Quien crea que ser escritor es fácil, es porque no es
escritor. Es más, hasta la escritura abordada como hobbies tiene su grado de
complejidad.
Sé que en la era de los
cambios veloces hablar de compromisos no es fácil. Ahora nuestra creencia
favorita es la de dejar opciones abiertas, el de pertenecer a este gremio sin
dejar de hacerle hojitos al del frente. Lástima que en la escritura sólo hay dos opciones, o eres
escritor o simplemente no lo eres. Quizá escribas de vez en cuando, pero eso no
te convierte en escritor, en aficionado tal vez, pero eso es otro cuento.
Quizá estoy hablando un poco
duro, pero es mejor dejar claro que esta profesión no es para facilistas, ni
para buscadores de beneficios de la noche a la mañana. Para seguir en este
camino se requiere disciplina, inteligencia, sentido del sacrificio, paciencia,
confianza, pasión, y mil condiciones más, sin las cuales no se consigue
trascender.
Por supuesto que se puede
combinar la escritura con otra profesión. Pero primero tiene que ir la
escritura. Así que no eres un abogado escritor. No. Eres un escritor abogado
que es otra cosa.
A continuación presentare algunas
pautas que se deben tener en cuenta antes de decidir que la escritura creativa
será el centro de nuestra vida.
Dedicar tiempo.
Escribir es una profesión de
tiempo completo. Por supuesto que a nuestro ritmo. Puede ser una hora al día o
doce. Puede ser que tengamos un trabajo externo a la escritura, o vivamos de
ella. Puede ser que escribamos por diversión, por encontrarnos a nosotros, por
dejar un legado, o por lo que sea. Pero siempre tenemos que dedicar tiempo,
mucho tiempo.
Si por ejemplo, dedicamos una
hora al día durante un año, habremos utilizado 365 horas por año, tiempo más
que respetable para ser escritor. Menos de 100 horas por año no llega ni
siquiera a amateur. A menos de que seamos unos genios. Y si fuéramos genios
sería un crimen dedicar sólo 100 horas a la profesión.
No hay excusas para decir que no
tenemos tiempo. En otro artículo explico cómo ganar tiempo para dedicarlo a
la escritura creativa lo puedes
encontrar AQUÍ.
Separar la vida personal de la vida de escritor.
Puede sonar contradictorio, si
sabemos que es precisamente de la vida real que se alimentan nuestras palabras
escritas. No obstante, nada de lo que nos pase tiene porque afectar la
costumbre de sentarnos a escribir. Con esto no estoy diciendo que una vez
frente a la hoja en blanco nos olvidemos de nuestros sentimientos. A lo que me
refiero es que sin importar lo que pase en el exterior que nos produzca
felicidad, depresión, esperanzas, furias, anhelos, o cualquier emoción igual
tenemos que sentarnos a escribir.
Amar la escritura.
Parece obvio. Pero una cosa es
amar la lectura y otra muy diferente amar la escritura. Leer implica descubrir
mundos, escribir crear esos mundos. Entre descubrir y crear la diferencia es
abismal. Aunque para crear primero se debieron haber hecho muchos
descubrimientos. El hecho de que amemos la lectura no quiere decir que tengamos
que ser escritores.
Dedicación total.
La escritura creativa es muy
exigente y demanda que te entregues a ella totalmente. En mente, alma y cuerpo.
Mario Vargas llosa decía que a la escritura se ingresa como en religión,
dispuesto a darlo todo. Pues eso mismo creo yo, no existe otra forma de encarar
esta carrera.
Mi propósito con este artículo no
es el de desalentar el anhelo de escritor que todos tenemos, si no el de
concientizar que tenemos que pagar un precio por el privilegio de escribir y
ser leídos. Y el que esté buscando algo fácil que se dedique a la pesca.
Y espero que sigas en el camino de la escritura.
Gracias por leer este post tan cruel.
Gracias por leer este post tan cruel.
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