Maestros De Escritura Creativa #3.
Muchos lo considerarán uno de los
mejores escritores que ha parido la humanidad, otros un simple comerciante que
sabe hacer de sus escritos una mina de oro al por mayor. Pero pensemos lo que
pensemos, casi todos coincidimos que el señor Stephen King es un ejemplo de
constancia y de trabajo duro, sus más de 70 libros así lo atestiguan. Por ello
me pareció de gran importancia tenerlo en esta entrada.
De la infinidad de consejos y
entrevistas que se pueden encontrar en la red, la que presento a continuación
tomada de www.yorokobu.es es, a mi criterio, una de las más completas. Tengo
que admitir que está un tanto larga, pero vale la pena, porque aparte de que se disfruta leyendo a este
maestro se aprende una barbaridad… No
digo más.
16 consejos de escritura por Stephen King.
1. sobre el trabajo de escribir.
“Si no tienes ganas de trabajar
como una mula será inútil que intentes escribir bien. Confórmate con tu
medianía y da gracias de tenerla por cojín. Existe un ‘muso’, pero no esperes
que baje revoloteando y esparza polvos mágicos creativos sobre tu máquina de
escribir u ordenador. Vive en el subsuelo. Es un habitante del sótano. Tendrás
que bajar”.
2. Leer Mucho… Mucho.
“No conozco ninguna manera de
saltárselas. No he visto ningún atajo. Yo soy un lector lento, pero con una
media anual de setenta u ochenta libros, casi todos de narrativa. Leemos para
conocer de primera mano lo mediocre y lo infumable. También leemos para
medirnos con los buenos escritores y los genios y saber hasta dónde se puede
llegar. Y para experimentar estilos diferentes”.
“Si no tienes tiempo de leer es
que tampoco tienes tiempo de escribir. Yo nunca salgo sin un libro y encuentro
toda clase de oportunidades para enfrascarme en él. El truco es aprender a leer
a tragos cortos, no solo largos”.
3. Lo Que Enseñan Los Libros Malos.
“Leyendo prosa mala es como se
aprende de manera más clara a evitar ciertas cosas.
(…) ¿Hay algo que dé más ánimos a
un aprendiz de escritor que darse cuenta de que lo que escribe, se mire como se
mire, es superior a lo que han escrito otros cobrando?”.
4. Apaga La TV.
“Leer toma su tiempo y el pezón
de cristal te roba demasiado. Una vez destetada del ansia efímera de tele, la
mayoría descubrirá que leer significa pasar un buen rato. (…) La desconexión de
la caja-loro es una buena manera de mejorar la calidad de vida, no solo la de
la escritura. Además, ¿de cuánto sacrificio hablamos?”
5. El Talento.
“Cuando descubres que estás
dotado para algo, lo haces hasta sangrarte los dedos o tener los ojos a punto
de caerse de las órbitas. No porque siempre te juegas el todo por el todo;
porque tú, creador, te sientes feliz. Quizá hasta en éxtasis. El programa
agotador por el que abogo (de cuatro a seis horas diarias toda la semana) solo
lo parecerá si son actividades que ni te gustan ni responden a ningún talento
tuyo. De hecho, puede que ya esté siguiendo uno parecido”.
6. La Rutina.
“Dedico las mañanas a lo nuevo,
la novela o cuento que tenga entre manos, y las tardes a la siesta y la
correspondencia. La noche pertenece a la lectura y la familia y revisiones
urgentes. Por lo general, la escritura se concentra en las mañanas. Cuando he
empezado un proyecto no paro y solo bajo el ritmo si es imprescindible. Si no
escribo a diario empiezan a ponérseme rancios los personajes, con el resultado
de que ya no parecen gente real sino eso, personajes. Empieza a oxidarse el
filo narrativo del escritor (…), empiezas a tener la sensación de que trabajas,
sensación que para la mayoría de los escritores es el beso de la muerte”.
7. Marcarse Retos.
“Me gusta hacer diez páginas al
día, es decir, dos mil palabras. En tres meses son 180.000 palabras, que para
un libro no está mal”.
8. Ambiente Para La Creatividad.
“La mejor ayuda para una producción
regular es un ambiente sereno. Hasta al escritor de naturaleza más productiva
le costará trabajar en un entorno donde los sustos y las distracciones sean la
norma”.
9. La Importancia Cultivar La Salud y La Familia.
“La combinación de un cuerpo sano
y una relación estable con una mujer independiente que no le aguanta chorradas
ni a mí ni a nadie ha garantizado la continuidad de mi vida laboral. Creo que
también es cierto lo contrario: escribir y disfrutar con ello ha garantizado la
estabilidad de mi salud y mi vida familiar”.
10. Distracciones.
“Conviene dentro de lo posible
que en el despacho no haya teléfono, y menos televisión o videojuegos para perder
el tiempo. Yo trabajo con la música a tope, pero solo porque es otra manera de
cerrar la puerta. Me rodea, aislándome del mundo. Escribir es crearse un mundo
propio”.
11. Tópicos.
“Cuando un símil o metáfora no
funciona, el resultado puede ser cómico o penoso. El símil zen es una trampa
del lenguaje figurado pero no la única. La más habitual (y repito que caer en
ella suele deberse a falta de lectura) es el empleo de símiles, metáforas e
imágenes que caen dentro del tópico. “Era hermosa como un sol”, “Bob luchaba
como un tigre”. No me hagas perder el tiempo (ni el de nadie) con recursos tan
manidos. Quedarás como un vago o un ignorante. Ninguno de los dos calificativos
será beneficioso para tu prestigio de escritor”.
12. La Unidad Básica De La Escritura.
“Yo soy del parecer de que la
unidad básica de la escritura es el párrafo, no la frase. Es de donde arranca
la coherencia y donde las palabras tienen la oportunidad de ser algo más que
meras palabras. La aceleración”.
13. Escribe Para Una Persona.
“¿Pesan lo mismo todas las
opiniones? Para mí, no. Al final, a quien hago más caso es a Tabby (su mujer),
porque es la persona para quien escribo, a la que quiero seducir. Si escribes
para una persona en concreto aparte de para ti mismo, te aconsejo que te fijes
mucho en su opinión. (…) No puedes dejar que participe todo el mundo en tu
relato, pero sí la gente más importante. No solo es posible, sino aconsejable”.
14. Sobre borrar.
“Todos los relatos y novelas, en
mayor o menor medida, son plegables. Si no puedes Borrar el diez por ciento y
conservar lo esencial de la historia y el ambiente, es que no te esfuerzas
bastante. El efecto de una poda sensata es inmediato, y a menudo asombroso: un
Viagra literario”.
15. No Escribas Por Dinero.
“No niego que mis libros me hayan
dado mucha pasta, pero nunca he escrito ni una sola palabra pensando en que me
la pagarían. A veces he escrito para hacerle un favor a un amigo, pero no se
puede definir de ninguna manera peor que como una especie de trueque
rudimentario. Siempre he escrito porque me llenaba. Puede que sirviera para
pagar la hipoteca y los estudios. Yo he escrito porque me hacía vibrar. Por el
simple gozo de hacerlo”.
16. No esperes a las musas.
“Todos los aspirantes a
escritores que conocí en la universidad estaban convencidos de que solo se
escribía bien de manera espontánea, en un estado de arrebato que era un pecado
desaprovechar. El constructor de la “escalera a las estrellas” soñada no podía
limitarse a andar por el suelo con un martillo. (…) Los aspirantes a poetas
vivían en un mundo brumoso con resabios de Tolkien, cazando poemas en el éter.
Era una opinión bastante unánime: el arte de verdad procedía de… ¡del más allá!
Los escritores eran taquígrafos bienaventurados que obedecían al dictado
divino. Escribir poesía (o cuentos o ensayo) tiene tanto que ver con fregar
suelos como con los episodios míticos de revelación”.
Gracias por leer hasta el final.
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