martes, 22 de abril de 2014

La sencillez:


Casi todos estamos de acuerdo que el propósito por el cual vive la escritura creativa es el de encontrar lectores: Así como la música existe para que la escuchen y las pinturas para que las observen, lo que se escribe esta para que lo lean. Incluso los diarios privados, en el fondo guardan la secreta esperanza que alguien lo desempolve y se deleite conociendo parte de la vida de su autor. Uno de los secretos para lograr este propósito es conseguir una escritura sencilla.

Cuando me refiero a una escritura sencilla, de ninguna manera estoy hablando de una escritura simple. Más bien hablo de una forma de escribir que imite el lenguaje de la cotidianidad. Que las palabras escritas tengan la facultad de pasar desapercibidas ante los ojos del que lee, que no interrumpan ese sueño vívido, del que habló Gabriel García Márquez. 

El tema de la Sencillez en la escritura es de suma importancia, ya que en numerosas ocasiones escribimos como si lo hiciéramos para los miembros de la real academia de la lengua, que seguramente están muy ocupados  tratando de descifrar el lenguaje de la nueva generación, para sentarse a leer nuestras “obras de arte” llenas de metáforas y adjetivos rebuscados, que no hacen otra cosa que dificultar la lectura.

Por alguna razón pensamos que entre más rebuscadas sean las palabras que utilicemos, los lectores nos percibirán como  mejores escritores. Que tremendo error, utilizar un lenguaje poco sencillo es similar escuchar una sinfónica desafinada.


A continuación presentaré tres consideraciones que se deben de tener en cuenta para lograr una escritura sencilla.

 1.El lenguaje refinado.


Si escribimos ensayos de química nuclear, tenemos que usar todo el tecnicismo que se requiere. Pero si estamos en el universo de la escritura creativa, huiremos como de la peste de palabras muy técnicas o de siglos pasados, que por lo general no utilizamos en conversaciones normales.
Aunque muchos libros buenos se tienen que leer con un diccionario en la mano, estos libros son la excepción que confirma la regla. Los grandes escritores son grandes porque sus palabras son tan claras y sencillas que muchos lectores los entienden con facilidad.  

2.El abuso de las metáforas.


Si vas a decir que amaneció; No digas que el astro rey con su gran melena rubia sonrió entre los ondulantes picos verdes que se alzaban entre la floreciente montaña primaveral.  La metáfora es como la sal o las especies en la comida, se tiene que poner en el momento preciso  y en la cantidad justa. Si se coloca de más el texto queda desabrido, pero si no se coloca el escrito queda simple.  El equilibrio para utilizar este recurso lo da el tiempo y la disciplina.

3.Control de los adjetivos.


No todos los sustantivos tienen que ir acompañado de un adjetivo: el hermoso bosque, con sus grandes palmeras, que tienen unos redondos cocos, rodeados por pequeñas y hermosas hormigas… Por favor.

La escritura creativa está compuesta de pequeños secretos, como este de entender la Sencillez,  que si lo estudiamos con cuidado y lo ponemos en práctica, marcaran la diferencia entre escritores del montón y escritores de calidad.

Gracias por leer hasta el final.


Otros secretos de escritura AQUÍ.  

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