sábado, 3 de mayo de 2014

Maestros de Escritura Creativa #8.




La revista El Malpensante en su número digital 120 de junio de 2011, realizó una selección de las respuestas que Wislawa Sziymborska (la mejor poetisa del universo según mi criterio), daba a las personas que le preguntaban, mediante cartas, la forma de profundizar en la escritura creativa, cuando trabajaba en el periódico polaco Vida Literaria. Quiero dejar este artículo tal cual lo presenta la revista el Malpensante, sin comentarios.






Aquí esta:

Cómo Escribir y Cómo no Escribir Poesía



Para Heliodor, de Przemysl.

Escribes: “Sé que mis poemas tienen muchos errores, ¿y qué con eso? No voy a parar a corregirlos”. ¿Y por qué no, querido Heliodor? ¿Será que para ti la poesía es sagrada? ¿O tal vez la consideras algo insignificante? Ambos modos de acercarse a ella son errados, y lo peor es que liberan al neófito de la necesidad de trabajar en sus versos. Es gratificante y placentero decir a nuestros conocidos que el espíritu se apoderó de nosotros el viernes a las 2:45 p.m. y comenzó a susurrarnos misteriosos secretos al oído. Lo hizo con tal vehemencia que escasamente tuvimos tiempo de anotarlos. Pero en casa, a puerta cerrada, corregimos con ahínco. Tachamos y revisamos esas expresiones que parecen de otro mundo. Los espíritus son una maravilla, pero hasta la poesía tiene su lado prosaico.


Para  H. O., de Poznan, un posible traductor.

El traductor no está obligado a serle fiel al texto únicamente. Debe dejar ver la belleza de la poesía conservando su forma y reteniendo, en la medida de lo posible, el estilo y el espíritu de la época.

Para Grazyna, de Starachowice.

Quitémosnos las alas y tratemos de escribir con los pies sobre la tierra, ¿sí?


Para el señor G. Kr., de Varsovia.

Necesitas un bolígrafo nuevo. El que tienes comete muchos errores. Debe ser extranjero.


Para Pegaso, de Niepolomice.

En rima, preguntas si la vida tiene centavos. Mi diccionario responde que no.

Para el señor K. K., de Bytom.

Utilizas el verso libre como si su libertad fuera absoluta. Pero la poesía (a pesar de lo que pueda decirse) es, era y será un juego. Y, como todos los niños saben, los juegos tienen reglas. ¿Por qué lo olvidan los adultos?

Para Putzka, de Radom.

El aburrimiento debe ser descrito con gusto. ¿Cuántas cosas están ocurriendo en un día en el que no pasa nada?

Para Boleslaw L-k, de Varsovia.

Tus dolores existenciales te vienen con demasiada facilidad. Ya hemos padecido suficiente desesperanza y nos hemos adentrado en las sombrías profundidades demasiadas veces. “Los pensamientos profundos –dice mi querido Thomas (Mann, por supuesto, ¿de cuál otro podría tratarse?)– deben hacernos sonreír”. Leyendo tu poema “Océano” nos descubrimos forcejando en un pozo poco profundo. Concibe tu vida como una aventura extraordinaria que te ha acontecido. Por el momento ése es nuestro único consejo.

Para Marek, también de Varsovia.

Tenemos por fundamento la creencia de que todos los poemas que versan sobre la primavera quedan automáticamente descalificados. El tema ha dejado de existir en la poesía. Por supuesto, continúa desarrollándose como parte de la vida. Pero se trata de dos asuntos distintos.

Para B. L., de los alrededores de Breslavia.

El miedo al discurso preciso, el esfuerzo constante por convertir todo en una metáfora, la inagotable necesidad de que en cada línea se demuestre que eres un poeta: éstas son ansiedades que acosan a todo poeta en formación. Pero pueden curarse si se descubren a tiempo.

Para Zb. K., de Poznan.

A lo largo de su vida la mayoría de los poetas no han utilizado tantas palabras majestuosas como las que has apiñado en tres cortos poemas. “Patria”, “verdad”, “libertad”, “justicia”. Ese tipo de palabras no deben tomarse a la ligera. Sangre de verdad las recorre y la tinta no puede reemplazarla.

Para Michal, en Nowy Targ.

Rilke advirtió a los jóvenes poetas que los temas majestuosos son difíciles y exigen una gran madurez artística. Les aconsejó escribir sobre lo que observan en torno a ellos y cómo viven cada día; sobre lo que se ha perdido y lo que se ha encontrado. Los animaba a utilizar lo que estaba a su alrededor como herramienta para desarrollar su arte; imágenes de los sueños, objetos del recuerdo. “Si la vida diaria te parece pobre –escribió–, no la culpes. La culpa es tuya. No eres tan buen poeta como para percatarte de su riqueza”. Este consejo te puede parecer superfluo y estúpido. Por eso sustentamos nuestro argumento con uno de los poetas más esotéricos del mundo de la literatura. ¡Observa cómo alaba las cosas ordinarias!

Para Ula, de Sopot.

Definir la poesía en una frase... ¡vaya! Conocemos por lo menos quinientas definiciones, pero ninguna nos parece lo suficientemente precisa y abarcadora a la vez. Cada una expresa el sabor de su época. Un escepticismo de nacimiento nos impide dar una definición propia. Pero recordamos un hermoso aforismo de Carl Sandburg: “La poesía es el diario escrito por una criatura del mar, que vive en la tierra y desea volar”. ¿Será que él lo escribirá un día de estos?

Para L-k, de Slupsk.

Requerimos más de un poeta que se compara con Ícaro que lo que el largo poema cifrado nos revela. Señor L-k, usted no cuenta con que el Ícaro de hoy en día tiene que elevarse sobre un paisaje distinto al de la antigüedad. Ve autopistas repletas de carros y camiones, aeropuertos, pasarelas, grandes ciudades, puertos modernos y costosos y demás cosas por el estilo. ¿No le pasaría por el lado un jet de vez en cuando?



gracias por leer hasta el final. 

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