Consejos de escritura creativa para principiantes #3.
Nadie nos puede culpar por llegar
a la escritura creativa con este defecto. Cómo evitarlo si está presente en
todos los cuentos de los Hermanos Grimm que disfrutamos en la niñez, si lo
encontramos en tantas telenovelas que nos obligaron a ver las circunstancias,
si lo hallamos en las incontables películas que cada semana nos presentan
nuestros amigos de Hollywood, y hasta hace presencia en un sin número de
novelas y cuentos que se suponen son
nuestra guía literaria.
¿¿¿A que defecto de escritura me refiero???
Pues me refiero a la
santificación de los protagonistas de nuestros relatos y a la denigración de
nuestros villanos. Protagonistas puros
de corazón, que el mundo amaría si los conociera, que no cometen maldad, o si
lo hacen solo fue porque las crueles circunstancias del destino los obligaron a
ello. Por el contrario, villanos malvados y ambiciosos que solo quieren ver
arder el mundo y no se les conmueve el corazón, ni tienen ningún sentimiento
positivo.
En nuestros primeros escritos
esto puede ser un mal endémico, que debemos aprender a erradicar, entre otras
razones porque podemos estar violando el pacto lector–escritor.
El pacto lector–escritor
establece, que el escritor inventa una realidad y el lector simula que esta
realidad existe de veras. Pero para que la simulación tenga efectos positivos
se deben de respetar algunas reglas no escritas, como el que los personajes
sean verosímiles.
Como no quiero desviarme del tema
hablando sobre verosimilitud o sobre
pactos extraños, digamos que cualquier otra regla de escritura creativa la
entendemos casi instintivamente, en cambio cuando hablamos de la naturaleza de
personajes tenemos que luchar con
nuestros textos para sacar a la luz los defectos de nuestros protagonistas y
las virtudes de nuestros villanos.
Cuando hablo de defectos me
refiero a defectos que el común de la gente desaprobaríamos, como por ejemplo
la envidia de verdad, y no ese concepto de envidia de la buena que en algunos
lugares se maneja; los celos injustificados, la malicia, el egoísmo, la
mentira, la lujuria, el robo, la
ingratitud y tantos otros defectos que son inherentes a nuestra naturaleza humana.
Por ejemplo ¿¿¿Qué Caperucita Roja nos parece más
cercana??? La clásica niña buena o, una que por el camino se dejara vencer por
la tentación de comer unas cuantas manzanas y le tocara emplear la clásica
mentira piadosa para justificarse. ¿¿¿O qué lobo nos parece más interesante???
El malvado de siempre o, uno que se cuestionara si sus métodos para conseguir
comida es el más digno, y se prometiera
que esa sería la última vez que cenaría abuelitas, que de ahora en adelante
trabajaría en un respetado rebaño de ovejas...
Aunque los ejemplos de arriba son
un poquito exagerados, la idea es mostrar que los personajes monotemáticos de siglos pasados difícilmente caben en la
literatura actual, mejor dejémoselos al cine, que a ellos de pronto les servirá
para algo.
Sólo debemos de tener claro que
todos poseemos luz y oscuridad en nuestro interior y, eso se tiene que
aprovechar cuando empezamos a combatir a la hoja en blanco.
Gracias por leer hasta el final.
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