Consejos de Escritura Creativa Para Principiantes #5.
Hay un error de principiantes en
la escritura creativa que debemos erradicar a la mayor brevedad posible. Hablo
de confundir el narrador de la historia, con el escritor de la historia.
Quizá por instinto natural en
nuestros primeros relatos el narrador, el protagonista y hasta el antagonista
son representaciones de nuestra personalidad. Creemos que los pensamientos, las
acciones y los diálogos de nuestros personajes equivalen a nuestros
pensamientos, acciones y diálogos.
No estoy diciendo que esta tendencia
esté del todo mal, porque una parte de la escritura creativa se fundamente en
los conocimientos que tenemos del mundo, y en teoría lo que mejor conocemos son
nuestros propios pensamientos, así que evitar que nuestra personalidad aparezca
por todas partes es casi inevitable, el problema (porque siempre hay un
problema) es que no aprendamos a desligar el narrador de una historia del que
escribe una historia.
La importancia de desligar al que
narra del que escribe, es que el escritor es una persona relativamente limitada
en cuanto a pensamientos, gustos, emociones, conocimientos, valoraciones,
vivencias, etc. Por el contrario un narrador ya sea en primera o tercera
persona tiene que tener visión universal de cualquier hecho, debe ser una
especie de dios que lo ve todo: lo bueno y lo malo, y sin embargo no interviene
a favor ni en contra de nadie, sólo se limita a contar la historia.

Tiene que quedar claro que no
separar al escritor del narrador provocará interferencias en nuestras historias
haciéndolas artificiosas.
Por ejemplo, si narramos la
historia de un hombre que abusa sexualmente de una adolescente. Por supuesto
que como escritores no concebimos como
otro ser humano puede disfrutar de esa clase de aberraciones, no obstante como
narradores, dependiendo del enfoque que le estemos dando a la historia, sólo
tenemos que contar los hechos; de tal manera que si es necesario narrar como el
violador disfruta con los gritos de su víctima, se narra y punto, así no estemos
de acuerdo con los hechos.
Sé que en parte tememos lo que
piensen nuestros lectores. Creemos que los que se tropiecen con nuestras líneas
nos juzgarán basados en lo que cuente el narrador. Suponemos que si los demás
leen nuestra descripción de un asesinato pensarán que en el fondo nosotros
queremos hacer algo semejante. Pero no es así. Como lectores estamos
programados para separar el narrador del escritor. Acaso creemos, por citar
solo un ejemplo, que el escritor
Alessandro Baricco era un asesino demencial, porque el narrador de la novela
Sin sangre nos cuenta con lujo de detalles el asesinato de un hombre y de su
hijo. Pues no, sabemos que eso pertenece a otra realidad.
Podemos finalizar diciendo que el
escritor sólo es una especie de puente entre la historia y el que la narra,
entre menos intervengamos ésta será más natural y fluida. Así que lo mejor
sería silenciar nuestros pensamientos, gustos, sentimientos, creencias y demás
limitantes, para poder escuchar lo que
cada historia quiere contarnos.
Gracias por leer hasta el final.
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