viernes, 4 de marzo de 2016

Inventario caótico.

Definición:

A mí también me pueden gustar muchas cosas. Por ejemplo, me gusta el olor de las naranjas recién exprimidas. O las comedias del cine mudo que hacen ver que las tragedias de la vida no son tan tragedias. O la explosión del tenue sonido de una trompeta que a veces se infiltra en la música jazz, el cual da la impresión de ser una voz que intenta sacarte del sueño inducido por la música, pero que no te despierta del todo sino que al contrario, te prepara para sumergirte en el resto de sonidos. Los gatos, me gustan los gatos, no sé si sea capaz de sacrificar a un gato en uno de mis rituales de brujería, quizás sí. El silencio también está en mi lista de cosas que me agradan, sobre todo el silencio de la madrugada previo al murmullo del despertar de la ciudad. La sal en pequeñas dosis también me agrada. Las pinturas, amo las pinturas, ver pinturas, hacer pinturas, quemar pinturas. Y la ropa de color negro, pantalones negros, camisas negras, vestidos negros, pantis negros, calcetines negros…


Quizá uno de los retos más grande que tenemos los escritores es la creación de personajes que sean verosímiles y a la vez interesantes para los lectores. A veces buenas historias se estropean porque sus personajes son insípidos, sin vida propia; solo se limitan a caminar por las páginas sin que se vea en ellos una verdadera identidad. Este ejercicio, llamado inventario caótico de gustos, será una divertida
forma de crear esas famosas fichas de personajes que recomienda todo el mundo, y  de paso aprovechar y crear una historia.     

El ejercicio se divide en cuatro partes.

1.

Lo primero que haremos es tomar un personaje real o inventado. Puede tratarse de un familiar cercano, el personaje del cuento o de la novela que estemos planeando escribir, o a un personaje surgido de lo primero que se venga a nuestra mente ¿Qué tal el amor platónico de nuestra infancia? O ¿el desconocido que vimos por unos segundos en la calle y nos impactó por su forma de vestir?
La verdad no importa de dónde saquemos el personaje. Lo que nos interesa ahora es tener claro algunos datos concretos. Solo es necesario saber cosas como nombre, edad, genero, lugar de nacimiento, color de piel, color del pelo, ojos, estatura... y ese tipo de cosas físicas que podemos inventar en cuestión de segundos.

2.

Una vez con los datos concretos, nos preparamos para hacer un inventario caótico de gustos de nuestro personaje.
¿Cómo se hace eso?
Un inventario es una lista de cosas.
La palabra “Caótico” se refiera a cosas al azar.

De tal manera que lo que haremos es darle a nuestro personaje gustos al azar. Arriba en el primer párrafo nos encontramos con un personaje que expones sus gustos particulares. Por supuesto que no son tan al azar como parece, responden a un orden un tanto lógico. Me refiero a que limitaremos los gustos guiándonos por los  5 sentidos.

Así por ejemplo, el primer gusto estará relacionado con el olfato: la única condición es que debemos ser muy específicos. No se vale decir que a nuestro personaje le gusta el olor del café. Se debe especificar por ejemplo, que a Ramón le gusta el olor del café que prepara su esposa en la mañana, porque es lo primero que percibe al despertar.

El siguiente gusto estará relacionado con la vista: ¿Qué le gusta ver a nuestro personaje?... por ejemplo, a Ana le gusta ver desde la ventana de su cuarto, como su hijo camina por la acera hasta la parada del autobús y se queda mirándolo hasta el momento que…

El tercer gusto tiene que ver con el sentido del oído ¿Qué le gusta oír? ¿Qué melodía? ¿Qué tipo de voz? ¿Qué sonido?


El cuarto gusto involucra el tacto: ¿Qué le gusta sentir, con cualquier parte del cuerpo?... Por ejemplo: a  pedro le gustaba sentir la suavidad de la almohada en su rostro, más que nunca después de que sonaba el despertador, porque en esos segundos la almohada se tornaba más calentita…

El quinto estará relacionado con el sentido del gusto: comidas y sabores específicos.

Y el sexto gusto tendrá que ver con una experiencia en concreto: un pensamiento, un recuerdo, un anhelo, un sueño. Ese tipo de cosas.

En esta parte tendremos seis gustos muy definidos. Conocer seis cosas específicas de un personaje es tener mucha información. Y aunque aquí no termina el trabajo, lo cierto es que vamos por buen camino.

3.

El siguiente paso que daremos es hacer otro inventario caótico. Pero este con cosas que en el pasado le gustaron a nuestro personaje, pero que ya no le gustan. En las mismas categorias: olfato, vista, oído, tacto, gusto y experiencia concreta. Igual que en el primer paso estos gustos del pasado deben de ser concretos.

4.

En este momento ya debemos conocer mucho sobre nuestro personaje. 12 hechos puntuales ya nos han revelado parte del carácter del personaje. Ahora falta crear una historia que le dé sentido a todo ¿Cómo la hacemos?
Sencillo, uniendo puntos.
Por un lado tenemos un grupo de cosas que ya no le gusta a nuestro personaje, y por otro tenemos cosas que ama nuestro personaje.
Así que lo que haremos es contar que le pasó a nuestro personaje que le hizo cambiar de gustos.
¿Por qué dejó de gustarle el jugo de naranja y lo que ahora ama es el brandy?
Este es un ejercicio excelente, porque una vez que tenemos un inventario caótico, donde tenemos que unir algunos puntos,  nuestra imaginación se esforzará en unir esos puntos, generando una o más excelentes historias. Pruébalo  y te sorprenderán las cosas maravillosas que se te ocurrirán.
Una última cosita, no tenemos que utilizar todos los gustos. Pero entre más utilicemos más completos serán nuestros personajes y nuestras historias…. Así que manos a la obra.




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